La neuropsicología está al servicio del estudio y la valoración de los patrones de funcionamiento cognitivo, conductual y emocional y su relación con los sistemas neuronales. Esto supone que, para
activar una intervención rigurosa y funcional, es preciso diseñar previamente una evaluación que permita identificar, describir y cuantificar los déficits y potencialidades del individuo y su
relación con la especificidad del funcionamiento cerebral, incluidas lesiones y disfunciones. Asimismo, y para que la futura intervención sea efectiva, es necesario evaluar el impacto que dicha
especificidad tiene en los contextos social, familiar, escolar, laboral, personal… del paciente.
Así pues, podemos decir que la rehabilitación neuropsicológica se ocupa de la mejora de las capacidades en la infancia y en la edad adulta con el fin de promover la funcionalidad en la vida diaria,
mediante técnicas y estrategias eficaces para cada persona, y que dependen de su perfil específico de funcionamiento.
Para ello, se comienza aplicando un protocolo de evaluación que incluye todas aquellas pruebas necesarias para la elaboración del perfil del paciente y la descripción y valoración de su funcionamiento, estableciendo relaciones entre éste, sus potencialidades y sus puntos débiles. Tras esto, se diseñan y se ponen en marcha los programas específicos de intervención siguiendo una línea interevaluativa que permite analizar, dentro del mismo proceso, la eficacia de los tratamientos aplicados según la evolución particular de cada persona.
La intervención neuropsicológica abarca todos los grupos de edades, e incluye:
A un nivel más concreto, en el ámbito educativo
la intervención neuropsicológica abarca tanto dificultades cognitivas, emocionales y conductuales que afectan
al proceso de adquisición de destrezas de aprendizaje
y al rendimiento académico, como la contribución a la adaptación curricular.
La exploración y rehabilitación neuropsicológica se emplea en:
• Dificultades y trastornos del aprendizaje
• Déficit de la lectoescritura
• Traumatismos craneoencefálicos
• Accidentes y enfermedades cerebrovasculares (ictus, hemorragias)
• Recuperación postquirúrgica
• Enfermedades neurodegenerativas:
◦ Esclerosis lateral amiotrófica
◦ Esclerosis múltiple
• Demencias vasculares y mixtas
• Parkinson
• Alzheimer
• Epilepsias
• Infecciones y encefalopatías
• Adicción a drogas y alcohol
• Neurotoxicidad
• Psicosis
• Trastornos del estado de ánimo
• Disfunciones que afectan a:
◦ Atención
◦ Memoria
◦ Lenguaje y comunicación (afasias, disfasias, anomia)
◦ Funciones ejecutivas (síndromes frontales, lesiones corticales, disfunciones)
◦ Cognición
◦ Emociones
◦ Conducta
Las especialidades orientadas a llevar a cabo el proceso rehabilitador están supeditadas a las capacidades y funciones objeto de la intervención, y pueden incluir, además de neuropsicología, logopedia, pedagogía, psicomotricidad, fisioterapia y terapia ocupacional.
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